Cuando decides enfrentar de forma profunda preguntas como: ¿Quién soy? ¿Qué es la vida? ¿Qué me hace feliz?...entras en una espiral que te muestra una nueva realidad, pero pronto descubres desde esa renovada mirada, que hay más y luego más…y luego sueltas las preguntas, abandonas los juicios, dejas de buscar…sólo te sitúas en la experiencia y confías. Ese es un cambio radical.
Si a esta aventura en espiral, muchas veces vertiginosa, le quieres llamar evolución, observa cómo se produce la evolución en la naturaleza en cualquier especie y veras que hay un momento donde siempre se vuelve radical. En estos tiempos parece que la mariposa tuviese cómo principal propósito enseñarnos esto, por eso la vemos como metáfora en muchos mensajes… pasar de un cuerpo pesado que se arrastra por el suelo, a la liviandad de otro que despliega alas de múltiples colores, para vivir lo que en su estado anterior era “imposible” y desde una perspectiva que nos muestra un mundo inimaginable, es un gran cambio. Pero así como la oruga tiene en su ADN todo lo necesario para convertirse en mariposa, aunque no lo sepa y su tarea momentánea sea ser oruga, la mariposa también tiene en su esencia algo más, ese algo que nos es común a todos, ese algo informe e infinito…la evolución de la mariposa continúa.
Como en el cuento de “Alicia en el país de las maravillas” la pregunta sería ¿Qué tan lejos estás dispuesto a llegar?... te recomendaría emprender el viaje lo más liviano que puedas y ve dispuesto a soltar todo, aunque aún te sea imposible imaginar siquiera que es eso, pues solo se descubre en el camino, un camino en el que te arrastrarás, volarás y mucho más.
MFG (Kya)
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