Erase una vez, un mundo donde las personas de casi todas las edades, habían aprendido a realizar su día a día con automatismo. Tenían la idea de llevar vidas ordenadas, con claridad de lo que debían hacer y del resultado que obtendrían. Pensaban mucho, pero en nada que los conectara amablemente con el momento presente, ese momento estaba resuelto con el “piloto automático”. Sin embargo, sus cuerpos se dañaban y deterioraban, poniéndoles cuesta arriba el desarrollo de sus planes y las emociones se manifestaban en esa gama de desazones, que sólo agregaba más dificultad, al punto de hacerlos sentir, de vez en cuando, que algo andaba mal.
Como en toda especie viviente que está destruyéndose, surge un impulso de resilencia, que se cuela en cualquier pequeño espacio por donde pueda entrar la Luz, no importa que origine esa grieta, ella es una oportunidad.Entonces un día cualquiera, alguien con sus grietas expuestas, decidió probar hacer lo que hacía siempre, de otra manera, un salto al vacío, un riesgo…un acto creativo que arrojaría resultados inesperados, una decisión que extrañamente provocaba una sensación que mezclaba algo de curiosidad, esperanza y un exquisito aroma a libertad y en realidad eso era mucho más poderoso que cualquier miedo que quisiera invitarse a la fiesta.
Resultó que esa persona empezó a brillar, su “grieta” fue haciéndose un tremendo espacio y todo lo que hacía tenía ese brillo, lo que a su vez atraía la mirada de quienes no lograban entender lo que tenían ante sus ojos, más los seducía esa sonrisa permanente y esa atracción iba haciendo que se agrietaran. Otros habían llevado por mucho tiempo, largos impermeables que cubrían sus bellas grietas y la Luz que emanaba de ellas, entonces se animaron a colgarlos e incluso a botarlos. También se supo, que en muchas partes del planeta, curiosamente, estaba ocurriendo lo mismo.
Sucedió que los educadores se pusieron creativos y sus estudiantes respiraron, los fabricantes se pusieron creativos y todos querían obtener la Luz de sus productos, los administradores se pusieron creativos y los problemas se convirtieron en fórmulas de colaboración, los cocineros se pusieron creativos y los cuerpos de todas las edades rebosaban de salud y juventud.
Y así cada individuo de ese colectivo, descubrió que tenía el infinito poder de Crear su Vida, que todo lo que necesita esta en él, que se trata sencillamente de dejar salir la Luz que se tiene, o quizás habría que decir, dejar de hacer aquello que tapa la Luz que somos.
Así fue, como un planeta que se oscurecía se convirtió en un foco de Luz brillando en el firmamento, un superhéroe que había sido congelado en sus corazones encarcelados, logro liberarse y crear ese bello mundo.
Y, colorín colorado, éste cuento se ha creado.
Kya (MFG)
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