Tenemos el hábito de estar con nuestra energía-atención
dispersa, por lo que el momento presente, que es donde ocurre la vida, queda
debilitado o contaminado por información que no le pertenece, un carril
paralelo del espacio-tiempo desbocado que nos desconecta del único punto que
nos permite experimentar las infinitas puertas de la existencia, el momento
presente.
Como ha sido expresado por muchos y como yo lo
experimento, el estar presente es una práctica, puedes ejercitarlo al ir a la
acción primera de tu cuerpo cuando fue desligado de su matriz…respirar. Poner
toda tu energía-atención en respirar te conecta de manera inmediata con el
cuerpo, la percepción de éste y luego con todo lo que el momento presente te regala. Te sitúas en un
punto que te abre a un nivel de información, la que te ofrecen tus sentidos, punto
donde tu mente es espacio para recibir esta información y los sentimientos que
experimentes.
Pero el estado de presencia (estar-ser en el momento
presente) es una puerta a indeterminados mundos de percepción-información. Como
infinitas salas de cine a las cuales puedes entrar, encontrando todo tipo de
estilos, temas, mensajes, experiencias… Podrías ejercitar esto, concentrándote
en un solo sentido, por ejemplo, solo escucha y se desplegará ante ti un
Universo, cambia tu atención a otro sentido y aparecerá otro. E incluso, al
profundizar, aparece lo que llamamos el sexto sentido, percibimos la
información como intuición. Pero como dice un cuento famoso ¿qué tan profundo
quieres llegar en la cueva del conejo?
Podríamos tomar el camino de la ciencia, que de la mano
de la tecnología crea instrumentos para aumentar su percepción, por ejemplo un
microscopio que incrementa la capacidad de ver (con la visión de los ojos) y
concentrado en un punto del presente y la materia, despliega otros Universos;
células, moléculas, átomos.
Algunas culturas usan lo que llaman “plantas de poder”
para facilitar la purificación del espacio mental (suspensión del ego) y aumentar
la sensibilidad de los sentidos, así esta ingesta sería el instrumento o la
tecnología de la naturaleza, que nos permite ver más allá (no solo con la
visión de los ojos). Y el ritual de la ingesta, pasa por una profunda conexión
con el momento presente como puerta de
entrada a todas las otras puertas que puedas abrir.
La meditación es otro instrumento para abrir mundos,
ampliando la percepción desde una práctica que va profundizando la conexión con
el momento presente, pero en un ejercicio de limpieza de los estímulos de los
sentidos y de la actividad mental habitual, para vaciar este espacio de esas
construcciones y acceder a otros canales de información, que despliegan otros
Universos o realidades o dicho de otra manera, que amplían nuestra capacidad de
percibirlos.
El dormir es un instrumento natural para ampliar nuestra
percepción cotidiana, mientras el cuerpo reduce sus actividades a lo que consideramos
vital, el cerebro cambia de frecuencias, lo que le permite al espacio mental
trabajar con otro tipo de información, o relacionarse con la información de
otra manera. Por eso el lenguaje de los sueños es otro o al menos se permite la
libertad de mezclar estilos, ritmos, líneas de tiempo, temas…un espacio donde accedemos
a la información de una red sin límites ni reglas. Puede que al despertar no
recordemos nada de la forma, recordemos pero sin entender, o permanezcan en
nosotros solo las emociones experimentadas, o solo nos encontremos con la
información…no sabemos porque sabemos, pero sabemos algo nuevo.
Se va haciendo evidente e inevitable volvernos consientes de la multiplicidad de Universos que existen, infinita información codificada de infinitas formas, la vida desplegándose, la energía experimentándose y nosotros un camino de ésta, un camino que se transita paso a paso en el momento presente, el Umbral de Todas las Puertas.
Kya (Marcela Fuster Gómez)
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